Por un lado tenemos
la sociedad en general, compuesta por núcleos familiares que han cambiado estas
últimas décadas, y continuarán evolucionando en futuras generaciones. Como
arquitectos, debemos tomar a cada individuo como un ser único y no generalizar,
esto lo podemos lograr con espacios flexibles y cómodos a la vez. Sin dejar de
lado el sentido de pertenencia que debe mostrar el usuario con su espacio.
En otro contexto más
amplio, llegamos a el de ´Ciudad´. De igual forma, conformado por núcleos más
pequeños: vivienda. La vivienda es parte de ésta y debe contar con una serie de
características ideales. El que nuestros usuarios puedan interactuar con un
espacio público, manteniendo una relación estable con lo privado, así como
comunicación y accesibilidad, crearía un ambiente de prosperidad y comodidad.
Puede considerarse una situación utópica, sin embargo, si tuviéramos la
arquitectura necesaria y entendiéramos el concepto de lo que en verdad nuestra
ciudad, y familias necesitan, podríamos llegar a alcanzar nuestro objetivo, un
concepto de totalidad, donde la sociedad complementa a la ciudad y viceversa.
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